El hombre de los dos corazones,
respira, camina y tose normalmente.
Su hablar es pausado
y envuelto por figuras humeantes;
nada es capaz de apresurar su paso.
Muy dueño de su todo el señor mío,
no me entrega lo que es suyo.
Parsimonioso guardará ordenado
(en algún cajón),
todo lo que es dueño de su olvido.
El hombre de los dos corazones,
se quedó con mi amor en su bolsillo.
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