jueves, 9 de agosto de 2012
Conversaciones con mi alma
Ya no puedo sostener tu pie,
y tampoco a tu distante.
Mis labios se han callado,
se oye un silencio gritado
desde los jardines mustios
de la espera.
Mi alma corona flores
de tu ausencia,
se esparce como dedos infinitos
que no son contenidos;
se torna un lago seco en el invierno.
Las estaciones le dicen que se marche,
le dicen a ella a misma
a mi alma: vete!
deja ya de usar nuestros vestidos,
olvida lo que no has tenido!
Pero ni a mi quiere escucharme.
Ella permanece en la espera,
prendida de tu beso dormido
que amaneció en mi boca,
prendida del temblor de tu cuerpo
vibrando al borde de la luna.
Eres mío, grita, sólo mío!
Y espera, siempre espera.
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