miércoles, 27 de junio de 2012

La criatura


La criatura caminaba absorta
tras la ansiada,
su adoración rutilante
allá,
cerca del cielo;
errante y misteriosa.
Siente que la nombra,
y la busca entre todas,
teme perder su rastro,
desespera.
Estira su brazo
tomándola felíz
entre sus manos.
La arrancada palpita
en su estertor final,
y queda ciega.
Luminosa en el cielo
y ahora es un sol negro.
La criatura es dueña triste,
del hueco que ocupa
su mirada.
Contrariada y sin adoración,
es tan sólo un vacío,
persiguiendo nada.

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